Ámbar mineral de luz y calor

  El ámbar es una de las piedras preciosas mas populares aunque hemos de aclarar que estrictamente hablando no es un cristal, es una resina de árbol fosilizada. Por la manera que tiene de formarse es poseedora una poderosa conexión con las energías de la naturaleza.

  En la antigüedad era muy apreciado como talismán así como herramienta de sanación  liberadora y protectora ante las enfermedades. El ámbar tiene un suave tacto que junto con su calidez y sus reflejos le convierten en un objeto mágico que no ha pasado desapercibido para ninguna cultura de las que han convivido con el.

  El ámbar es un ‘mineral’ tremendamente positivo que nos aporta vitalidad, absorbe la negatividad y el dolor, favoreciendo que el cuerpo se reequilibre y reencuentre su salud.

  Estamos ante un poderoso limpiador de las energías tanto de las que se encuentran de nuestro entorno como las  de  nuestro propio  cuerpo. Por lo que es beneficiosa tanto llevarla encima en forma de adorno como colocándola en una habitación de decoración, en este caso lo ideal es situarla en algún lugar en el que estemos  habitualmente.

  Psicológicamente el ámbar nos aporta estabilidad y la motivación necesaria  para que seamos capaces de alcanzar nuestros deseos. Su calidez y hermosas energías son de gran ayuda en los momentos difíciles de sufrimiento y tristeza, nos consuela en los periodos de depresión favoreciendo un estado de animo positivo.

  Emocionalmente nos aporta paz y confianza estimulando el altruismo y la sabiduría, contribuyendo a que entremos en un estado de tranquilidad necesario para que seamos capaces de tomar las decisiones mas acertadas posibles. Otra característica del ámbar a destacar es su capacidad de favorecer los momentos de creatividad.

  Para concluir decir que el ámbar es un mineral cálido y bondadoso que si introducimos en nuestra vida siempre será una fuente de consuelo y alegría.